¿Y por donde empiezo yo ahora?. Pues por el comienzo claro. No vamos a empezar por el final.
El resultado de esta crónica, la meta, el llegar, todo, surgió hace varios meses. Exactamente el día que vi parte del maratón de Madrid de este año 2012. Vi pasar a Foki y a R. Lanzas por la Puerta del Sol (sería el kilómetro 16 creo recordar) y junto a ellos miles de personas corriendo y miles de personas animando, y no me lo pensé: "Quiero sentir eso yo también". Hable con Salva, mi entrenador, y le dije que debutaba en maratón y que Valencia por según son las características del recorrido podía irme bien.
Y dicho y hecho. Empezamos un plan que nos llevaría todo el verano con acumulación de kilómetros y Septiembre y Octubre con el plan a tope. No os pondré todos los entrenos que ya os los sabéis y tampoco los sinsabores por culpa de la aparición de un espolón calcáneo que hicieron que en Septiembre tuviera que parar casi dos semanas para volver en Octubre con el mismo resultado. Cada vez que subía kilómetros venían los dolores, así que por una vez pensé con la cabeza y no con el corazón y decidí que ya que tenía vacaciones me iría a Valencia, haría los diez kilómetros de la otra prueba, a tope claro, y a disfrutar de vacaciones....
Dia CASI - D:
Sábado 17 de noviembre. Vacaciones. Coche, carretera y manta, bien temprano camino de Valencia. En mi mochila deportiva las Asics menos amortiguadas, las Sky Speed 2, una camiseta Salomon que nunca he usado para tiradas largas y el primer pantalón que pillo. Chaleco y chubasquero por si llueve y hala a hacer kilómetros.
Llegamos a Valencia sin novedad. Nos alojamos en un hotel cerca de la salida del maratón. Dejamos bártulos y a la feria del corredor a por el dorsal y la bolsa del corredor. Saludo a mi amigo Jose Antonio Quintana de la tienda Zatopek, y mientras hecho un vistazo a todo voy a por el dorsal y...................
Primer palo: Comento que no voy a hacer maratón y que quiero hacer los 10 kms. puesto que no llego a tope y que me apetece correr. Me dicen que no. ¿Como? Si solo quiero correr, no quiero que me devuelvan el dinero, nada, me da igual, pero quiero hacer aunque sea el diez mi. (También por el pedazo de concurso que hice en Twitter, y del que algún día hablaré)
Me dicen que no. Si mi dorsal es de maratón, al maratón y si hago los 10 km. y me ven me echan fuera. JODER!!!! Palo gordo y me cambia hasta la cara. Ya me da igual lo que lleve la bolsa del corredor (por cierto un poco cutre), la feria del corredor, las tiendas, las ofertas en todo y hasta Valencia. Me cambia hasta la cara.
Necesito desahogarme y hablo con Salva. Me dice que me cuele en los 10 kms. pero me da palo. ¿Y si no llego porque me echan antes?.
Buah, me voy a comer y pongo un mensaje a Jorge. Jorge es de Móstoles, nos conocimos por twitter, hace poco nos conocimos en persona en Madrid y viene más o menos como yo. Lesionado y dispuesto a llegar hasta donde la pierna le deje.
Pues vale, decido que me voy con él. Salgo y hasta donde lleguemos........
y así transcurre el sábado. Empiezo a agobiarme: "joder, no tengo las zapas adecuadas, no tengo geles, no tengo kilómetros en las piernas, no tengo de nada..... estoy en PAÑALES". Bueno, y que pasa, si total no voy a hacer el maratón entero.
DIA D:
Tengo el despertador a las siete de la mañana. Solo dos horas antes del comienzo del maratón. Me despierto un rato antes tan campante. He dormido como un rey. Álvarito se ha portado y ha dejado dormir a su papá.
Me pego una ducha y bajo a desayunar. Todo lleno de corredores con pinta todos de buenos corredores (siempre me pasa. Creo que todos son mejores que yo). Me aprieto un desayuno en condiciones y subo a vestirme a la habitación.
Dos puntos 8, que diría I. Gilabert (me faltó el tercero para volar, jeje) y a ponerme guapo.
Salgo al encuentro de Jorge y una vez nos encontramos nos vamos hacia la línea de salida. Un montón de gente a nuestro alrededor y un montón de dudas en nuestras cabezas. Aunque la idea es clara. Hasta donde lleguemos!!!
Camino de la salida me encuentro con un grande: Con el gran Ricardo Abad. Le pido una foto y acepta gustosamente.
Nos vamos a los cajones de salida. ¿Cajones? Para que. Nos vamos al furgón de cola a esperar el pistoletazo de salida.
EL MARATON
Tras un retraso en la salida por culpa de unos "petardos" (jeje, en Valencia tenía que ser) nos empezamos a mover despacio para pasar por debajo del arco de salida. El plan, (¿que plan?). Bueno, la idea es empezar poco a poco trotando. Y así lo hacemos. Pasos cortos para que a Jorge no se le cargue mucho la rodilla.
Vamos casi los últimos, pero no nos importa. Mejor, mas adelantaremos al final. Los primeros kilómetros transcurren con tranquilidad. En torno a 6:15 min/km. (no se los datos exactos que no tengo aquí el garminrauner). O sea sin prisas, vamos. Hablando tranquilamente. Transitamos por la zona del Cabanyal (zona feucha todo hay que decirlo) donde lo más curioso es ver como nos animan tres okupas con unas pintas de corredores que no veas.
Hasta ese momento, hasta esa zona hemos visto mucha gente animando (disfrazados, sin disfrazar, los grupos de música). Pero ese rato hasta llegar hasta la zona del paseo de la Alameda se hace monótono.
Jorge se anima. No le duele y se le nota. Se viene arriba. Vamos a llegar al kilómetro 10 y me aprieto un gel (que al final compré en la feria y que ya había probado) y a beber. Fue una constante, bebí cada cinco kilómetros si o si. Me daba igual tener sed o no. Beber, beber y beber.
Aquí, llegando al estadio de Mestalla se nos junta Mª Eugenia, una chica argentina afincada en Madrid, que también va medio lesionada por culpa de la cintilla. (joder, vaya trío. Entre los tres no sacan uno sano).
Así que vamos los tres charlando a nuestro ritmo, hablando de lo divino y lo humano. (vamos lo que viene siendo de cualquier cosa que nos haga olvidarnos de nuestros dolores).
Nos adentramos en la zona más centrica de Valencia. Catedral, ayuntamiento y demás cosas bonitas para ver por allí. Hay mucha mas gente y se hace todo más ameno. Yo ya he llamado a Marian para decirle que seguimos adelante y hasta donde lleguemos.
En esta zona, aproximadamente en el kilómetro 15, Maria Eugenia para a estirar y la dejamos atrás. Y seguimos Jorge y yo. Sin saber muy bien donde estamos (a tomar por culo del hotel eso seguro). Pero seguimos. Con todos nuestros seguidores puntualmente informados por Twitter (esto también fue de lo más grande del maratón).
A partir de aquí viene la parte más coñazo del maratón. Una larga recta que empieza mas o menos en el 19 y nos lleva hasta casi el kilómetro 24, donde damos media vuelta. Hemos pasado la media maratón en más de dos horas (gran ritmo como podéis ver), pero una cosa tengo clara. Si doy la vuelta y ya no me he parado ( en el 20 tuve un bajón importante), por mis cojones que llego a meta.
Y damos la vuelta, y parece que los kilómetros se llevan mejor. Y eso que llevaba tobillos, rodillas y cuadriceps para chopped. Pero seguimos. Una parada para ponernos reflex y a seguir.
Yo he seguido tomando un gel cada 10 kilómetros y bebiendo cada cinco. Además nos dan fruta (plátanos y orejones) y en cada avituallamiento pillo algo de cada cosa (se que me vendrán bien, y es que encima tenía mas hambre que el perro un ciego).
En el kilómetro 23 también tuitee que seguíamos (con el consiguiente "alucinamiento" de la gente claro).
Estamos en el kilómetro 26. Aquí viene la parte más pesada. Por carretera entre túneles (este era el máximo desnivel que teníamos. Para bajar al túnel y subir), pero con la música a tope que hace que al menos no nos vengamos abajo. Además se que Marian y Álvaro me están esperando en el kilómetro 31 así que a seguir.
En la salida de uno de estos túneles veo una camiseta con un nombre "ROTA" y allí que me voy a saludar al paisano. Viene de Rota, y claro como no puede ser de otra manera conoce a los dos grandes: A Barroso y al "Matraca" Roteño, jajaja. Que bueno. Vamos hechos mierda, pero aún nos sale una sonrisa hablando de ellos (grandes).
Y a seguir. Aquí Jorge empieza a estar un poco "cargado". (el que escribe no, no te jode...) pero seguimos. Avituallamiento. Líquido azul (era el que tocaba), agua, plátano y orejones y a seguir.
Paramos a saludar a la novia de Jorge un momento y a seguir que me espera Marian. Tras un pequeño error de donde estaban, hablo con ella y me dice que es más adelante. Seguimos, y les veo, a lo lejos. Joder que subidón. Ver a Marian, a Álvaro dormido. Uff, lo recuerdo y se me vuelven a saltar las lágrimas. Que subidón.............. a topeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Y seguimos. Y lo tuiteo: "Por el 33. Vamooooooooooooos". Aquí empieza lo peor. Jorge empieza a tener calambres. De coco vamos geniales, incluso seguimos hablando bien. Pero las piernas fallan. Tiene que parar cada rato. Le intento animar lo mejor que se (que tampoco es mucho) e intento que no pare mucho cada vez. Pero va a más (el dice que es el muro, y yo que no coño, que esto no es nada). Pero cada vez va más "tieso". Joder y el que escribe también, jajaja.
En el 36 vuelvo a tuitear: "Jorge va como un jabato". Cojo, y con calambres, pero como un jabato. Con dos cojones.
Pero al cabo de unos metros, al volver a parar, le pregunto si le importa que le deje. Me jode abandonar a un colega, a alguien al que hace nada apenas conocía pero con el que acabo de compartir los kilómetros más importantes de mi vida. Pero es que si me paraba cada vez que el lo hacía el que no acababa era yo (espero que lo comprendas, tío).
Me dice que no, que siga. Y así lo hago. Me voy hacia adelante. Sorprendentemente entero (bueno, es un decir) pero voy a ritmos por debajo de 6,00 e incluso un rato ruedo a 5:30 min/km. Voy adelantando gente.
En el 38 momentazo del día. Animación de gente disfrazada de "vacas", jajaja. Animando como si fueramos los primeros. Una de ellas con una Coca-Cola. Ufff, como tiene que saber esa Coca-Cola. Y se lo digo a la muchacha. Y la muchacha sale corriendo detrás de mi y me la da. Joder, no la planté dos besos de milagro. Madre mía. Fueron dos sorbos, porque compartí el resto con más gente, pero me supieron a gloria.... al menos durante un par de kilómetros. Porque llegué al 40 y ahí si me vine abajo. Ahí me paré yo solo. Fue un momento. No podía más. Necesitaba andar un poco y estirar y reflexionar. Y escribir. Y ver los mensajes de Twitter. Lo que fuera para no venirme abajo.
Así lo hice. Leí algún mensaje de ánimo, escuché los gritos de la gente y vi el mensaje de Marian diciendo que ya estaba en meta. Y arranque. Un paso, otro, despacio pero trotando. Joder, iba a llegar. Con dos pelotas....
A falta de 1000 metros lo escribí en Twitter otra vez, jajaja. "1000 metros". Me hubiese gustado ver la cara de la gente que me sigue en twitter al leer eso. Me guardé el móvil, apreté el culo como pude y bajé hacia la zona más bonita, hacia la zona de meta. Joder..... Esperad, que me seco las lágrimas.
Y veo a Marian. Y a Álvaro despierto. Diossssssssssss. Le cojo y hago el amago de llevarle a meta (desistí porque no me dejaban hacerlo). Pero antes de irme a enfilar los últimos 100 metros y dejarlo con la madre, me abraza y me da un beso... ufff, madre mía. (Esto, que no veo bien la pantalla, que se me ha metido algo en el ojo, jeje).
Y giro, y veo la alfombra azul sobre el agua. Lo voy a hacer. Joder, que grande soy, si señor. Apenas 24 horas antes no pensaba hacer más de 10 kms. y me he apretado 42 kilómetros. Y veo la meta, y digo, joder, que hago para la foto, jaja, pero no se que hacer. Y lo que hago no me acuerdo. Pero se que llego a meta y eso es lo que vale.
Me da igual todo. He llegado y ya está. ¿El tiempo? También me da igual. Por mi garmin marca 4 horas 30 minutos, pero cuando hemos parado, el garmin se paraba. Repito, me da igual (bueno, en aquel momento que ahora ya estoy pensando como bajar ese tiempo).
Joder, he llegado. Joder, que bien, jodeeeeeeeeeeer, que dolor de patas, y de cabeza y de brazos y de tetas y de todo, jajaja.
Me ponen la medalla de finisher y recojo los regalitos que me dan. Y digo: Habrá que estirar, ¿no? Jaja, ni estirar podía. Suerte que estaban los fisios allí y esperé a que me descargasen un poco las piernas, porque si no me da algo.
Ya fuera, veo a Marian, al enano y ahora más tranquilo, les doy un beso como Dios manda y fotaza de rigor.
Llamo a Jorge que debe haber llegado ya. Efectivamente, lo ha hecho ya. Nos abrazamos, comentamos los últimos kilómetros y nos hacemos esa última foto juntos. Que grandes.
Y de vuelta al hotel, empezando a hacer el Robocop. Y hasta aquí llegué.
En breve seguiré con los agradecimientos y demás historias por haber podido llegar hasta aquí, pero es que me he quedado sin pasta y se me va a apagar el internet, jajaja. (seguiré cuando pueda...)