Buenas tardes.
Luego, dentro de unas pocas líneas os explico el porque del título de la entrada de hoy.
Como ya vamos cogiendo los horarios con Álvaro en cuanto a comidas, sueños, siestas, pañales y demás, ya tengo fichada la hora de la siesta. Y es que el tío no perdona una buena siesta (jeje, ha salido al padre), así que tras acompañar a Marian en la comida (yo apenas he comido algo y lo he pagado) y tras dejar al peque durmiendo plácidamente en la cuna y a la jefa camino de la cama, me he cambiado y he decidido salir por el barrio a correr.
Hoy he decidido hacer carrera continua. Sabía que por lo que duran las siestas tengo un buen rato de tranquilidad, así que me he programado hacer unos 10 kilómetros de carrera continua. Han sido de nuevo en el barrio, así que el problema ha sido dar 10 vueltas al mismo circuito, pero bueno, me viene bien para fortalecer la "pelota" y aprender a sufrir un poco con la monotonía.
He empezado suave y he ido subiendo la intensidad (o intentándolo) vuelta a vuelta. Eso sí, he notado cuando llevaba unos 4 kilómetros que llevaba hambre y que no haber comido nada me iba a pasar factura. Por suerte siempre llevo algo de dinero por si acaso. El problema es que apenas llevaba un euro, pero ahí entran mis amigos los chinos y sus tiendas. Lo bueno de correr en el barrio, es que siempre hay un chino abierto y claro los de aquí me conocen, así que echándole un poco de cara he cogido un aquarius y algo de comer y he pagado con el euro. Les debo dinero, claro, pero me lo han fiado amablemente y de paso me han "salvado" la carrera.
Una vez medio repuesto he seguido trotando a ritmos más o menos aceptables (tampoco para tirar cohetes) pero se trataba de rodar y ya. Entre el kilómetro 8 y 9 me ha pegado un amago de "se acabo" pero he tirado de casta y he decidido apurar hasta el kilómetro 10, que era lo que me había propuesto.
Al final, lo dicho 10 kilómetros justos en 53:31 minutos a una media de 5:21 y 156 ppm.
Lo mejor y lo peor: la distancia. Desde antes de nacer Alvaro (hace ya 3 semanas no había completado esos 10 kilómetros y me apetecía). Lo peor, que el final se me ha hecho pesadote, pero bueno, hay que sufrir un poquito, si no, menudo coñazo!!!
Vuelta a casa trotando y recuperando y buena sesión de estiramientos, para pegarme una buena ducha y dar un beso muy suave (para que no se despierten) a la jefa y al "jefecillo".
Un abrazo a todos y un saludo muy especial a mi último seguidor Gonzalo Quintana, alguien de quien seguro aprenderé un montón, como he hecho al leer sus comentarios en otros blogs amigos.
Javi.
Luego, dentro de unas pocas líneas os explico el porque del título de la entrada de hoy.
Como ya vamos cogiendo los horarios con Álvaro en cuanto a comidas, sueños, siestas, pañales y demás, ya tengo fichada la hora de la siesta. Y es que el tío no perdona una buena siesta (jeje, ha salido al padre), así que tras acompañar a Marian en la comida (yo apenas he comido algo y lo he pagado) y tras dejar al peque durmiendo plácidamente en la cuna y a la jefa camino de la cama, me he cambiado y he decidido salir por el barrio a correr.
Hoy he decidido hacer carrera continua. Sabía que por lo que duran las siestas tengo un buen rato de tranquilidad, así que me he programado hacer unos 10 kilómetros de carrera continua. Han sido de nuevo en el barrio, así que el problema ha sido dar 10 vueltas al mismo circuito, pero bueno, me viene bien para fortalecer la "pelota" y aprender a sufrir un poco con la monotonía.
He empezado suave y he ido subiendo la intensidad (o intentándolo) vuelta a vuelta. Eso sí, he notado cuando llevaba unos 4 kilómetros que llevaba hambre y que no haber comido nada me iba a pasar factura. Por suerte siempre llevo algo de dinero por si acaso. El problema es que apenas llevaba un euro, pero ahí entran mis amigos los chinos y sus tiendas. Lo bueno de correr en el barrio, es que siempre hay un chino abierto y claro los de aquí me conocen, así que echándole un poco de cara he cogido un aquarius y algo de comer y he pagado con el euro. Les debo dinero, claro, pero me lo han fiado amablemente y de paso me han "salvado" la carrera.
Una vez medio repuesto he seguido trotando a ritmos más o menos aceptables (tampoco para tirar cohetes) pero se trataba de rodar y ya. Entre el kilómetro 8 y 9 me ha pegado un amago de "se acabo" pero he tirado de casta y he decidido apurar hasta el kilómetro 10, que era lo que me había propuesto.
Al final, lo dicho 10 kilómetros justos en 53:31 minutos a una media de 5:21 y 156 ppm.
Lo mejor y lo peor: la distancia. Desde antes de nacer Alvaro (hace ya 3 semanas no había completado esos 10 kilómetros y me apetecía). Lo peor, que el final se me ha hecho pesadote, pero bueno, hay que sufrir un poquito, si no, menudo coñazo!!!
Vuelta a casa trotando y recuperando y buena sesión de estiramientos, para pegarme una buena ducha y dar un beso muy suave (para que no se despierten) a la jefa y al "jefecillo".
Un abrazo a todos y un saludo muy especial a mi último seguidor Gonzalo Quintana, alguien de quien seguro aprenderé un montón, como he hecho al leer sus comentarios en otros blogs amigos.
Javi.
Menos mal que vas a veces y a ratos si no serias un sputnik
ResponderEliminarJavi, en este mundo das lo que recibes, tanto en los entrenamientos como en los blogs. Cada día que salgas piensa: ¿qué estoy entrenando hoy?. varía entrenamientos, haz cosas diferentes y mejorarás. Un saludo,
ResponderEliminarDagon: No... todo fachada ya sabes.
ResponderEliminarGonzalo: Gracias. Por suerte tengo un buen amigo que me asesora en el tema de entrenamientos. Vamos mi personal trainer. Lo que ocurre es que Septiembre y Octubre me lo he tomado un poco mas de "relax" con el tema del bebé para luego empezar a planificar la temporada. (joer, parezco un pro, jejeje).
Un abrazo.
Muy buen ritmo para esos 10 km!! Estas hecho un fiera!
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