viernes, 4 de noviembre de 2011

LA DEL PULPO...

Señoras. Señores... me ha caído esta tarde en Madrid la del pulpo.

 La foto no es mía, pero por ahí he pasado ya lloviendo a cántaros. Al fondo, mi refugio provisional.

Esta mañana guarde los achiperres del correr en la mochila... por si acaso. Vamos, que tenía claro que fuese mucho o poco, me iba corriendo desde el trabajo a casa.
Un rato antes de salir de trabajar la cosa ha empezado a ponerse marrón oscuro tirando a negro. Cuando he bajado a cambiarme, la cosa ya estaba negra, pero negra... Bueno, no pasa nada, si caen cuatro gotas.
Efectivamente. Cuando he subido ya cambiado y vestido de romano, ante los ojos de los turistas en la recepción, que me miraban con una mezcla de: "ande va este zumbao con la que cae" y "¿este de los pantalones cortos y las zapatillas cantosas es el que estaba esta mañana aquí todo elegante?" he visto que estaba lloviendo timidamente. Nada, sin problema. Chubasquero y gorra y a correr.... a correr, los cojon... He llegado a la zona del Palacio Real de milagro y me ha tocado meterme en un soportal de la que estaba cayendo. La Virgen, que puntería tengo.

Una vez ha aflojado un poco, pero aún lloviendo, he vuelto a ponerme a correr. Ahí he decidido que acortaba. No era plan arriesgarme a bajar a Príncipe Pío y coger Madrid Rió. Desde luego la Casa de Campo estaba descartada. Así que en lugar de esa elección he bajado hacia Puerta de Toledo y Pontones, hacia el Vicente Calderón. 
Total, era cuesta abajo, así que podía acelerar un poco, a pesar de que ya empezaba a llevar frío. Bien. Hasta el Calderón. Cruzar el puente de San Isidro ha sido peor. Mucho aire, mucha lluvia y pocas ganas, jeje.
Y luego, pues nada, a subir por la cuesta del cementerio. Ahí, con sus tramos del 18% de desnivel. Primero trotando y el último tramo antes de entrar en el Parque de San Isidro, caminando deprisa. 
Cruzo el parque pisando todos los charcos (ya que estaba, al menos disfrutaba, ¿no?) y me voy a casa buscando la ducha calentita.. 

Al final lo más interesante ha sido el bloque central. Fuera del "calentamiento", cuando he empezado a apretar en dirección a casa me han salido 3 kilómetros bastante decentes (eso si, con tramos cuesta abajo). Han sido a 4,36 - 4,44 - 4,48. Luego, el tramo de subida hacia casa y el tramo del parque me han hecho bajar el ritmo.

Pero es que al igual que ayer leía algunos blogs amigos en los que los autores decían que les encantaba correr con lluvia, yo no puedo. Lo siento, pero no me gusta. Prefiero estar calentito en casa, o incluso, tirando de rodillo, pero bueno. Como digo siempre: TODO SUMA.

Mañana si me levanto y no llueve prometo irme al trabajo corriendo e intentar sumar algún kilómetro más que hoy.

Un abrazo.

Javi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario